Ruth Thalía: peruana, víctima de una Televisión irresponsable. ¡¿Q.E.P.D?!

Pienso que debemos hacer algo concreto y definitivo para detener la crueldad insana y abusiva de un sistema irresponsable, obsoleto y mediocre, como el que rige en la Televisión del Perú, pues hemos sido testigos de cómo un puñado de miserables que controlan la señal abierta tienen el poder para asesinar a una pobre muchacha, inocente de tanto como de la maldad que la acecha, arrebatándole los anhelos de un Destino que jamás tendrá, condenando al sufrimiento perenne a sus seres queridos, quitándonos el derecho a todos los que podríamos haber conocido a Ruth Thalía, en el transcurso de nuestras vidas, como una joven llena de esperanza y no un cadáver, una fatalidad, simplemente porque algunos malhechores ejecutivos, armados de necedad, suelen juntarse para mesa redonda de valores paupérrimos, dividendos abultados, lo único que cuenta, chorros de billete para el bolsillo a cambio de mierda para el televidente, ¡gran negocio, carajo!, firmemos el contrato, todos felices y tranquilos, cláusulas para protegerse y hundir al más débil, uno nunca sabe y luego le quieren chuntar a uno el muerto, se mofan, embebidos en pendejada estúpida y maldad, ninguna capacidad para construir riqueza noble, saludable, ¿para qué?,
son libres, ricos y poderosos gracias a la ignorancia, miseria y podredumbre espiritual enquistada en propias entrañas para ser vomitada, en contubernio con sus asociados de miseria, en la mayoría de los peruanos, que no tienen cable ni aprendieron ni les inculcaron a preferir leer un libro, o apreciar la naturaleza, o igualar la sonrisa de un niño, o las caricias tiernas del ser amado... nada, nada, ninguna idea civilizada, ¿para qué?, les ha costado someterlos, ¡pueblo sufrido jamás será fornido!, cantan, en medio de sus borracheras de whisky etiqueta azul y que ellos alucinan negra, similar a sus miasmas intelectuales, espíritus de cloacas regocijándose en su inmundicia, satisfechos de cooperar con sus asociados para convertir al televidente peruano que no tiene más alternativa que consumir la señal abierta, en un ser más ignorante y desunido de lo que ya es, cada vez más dolido y olvidado, cada vez más extraño y distante de encontrar o desarrollar la Felicidad en su tierra peruana, my friend, never the Peruvian Dream, never Perulandia, just land of lanlords and slaves, pocos ricos, muchos pobres, gracias a que unos cuantos nacieron en cuna de oro y la mayoría nació como pudo, mucho barro, poca plata, ¿cobre?, cuenta poco, la tajada manda, ¿entienden?, quizá sí, quizá no, ¡depende quién seas o en qué televidente te has convertido?, pues no olvides que para desarrollar el intelecto se necesita ejercitar la mente, cuestionar, pulir las ideas, liberarla de prejuicios y complejos, sin parámetros de religión ni ideología, enriquecerla con sabiduría de muchos y de uno y ojalá del Estado, incapaz de tanto a través de la Historia Republicana, como inculcarles al Pueblo la lectura como el mejor salvavidas de sus vidas, para formar la mente y expandir el espíritu y que el desamparo no los catapulte a ser fácilmente absorbidos por los medios de comunicación, sobre todo aquellas producciones de Televisión usualmente nocivas, banales, destructivas de valores y de buenas costumbres, exaltar lo infame, lucrar con la necesidad de los pobres, manipular a la familia hasta convertirlos en despojos, muy fácil, muy triste, muy de peruanos de naturaleza vil que han logrado incapacitar a la mayoría de peruanos de ser selectivos y exigentes, desconociendo sus derechos de ser respetados y tratados como personas y no como descerebradas ratas de laboratorio o asustadizas reses antes de ser beneficiadas en demencial camal, como pueblo para el sacrificio y no como uno que no debe aceptar más ser depredados por asesinos de cuello y corbata y abultadas cuentas bancarias, sangrientas algunas, como las de los accionistas mayoritarios de este canal poderoso y sin escrúpulos para lucrar con la infamia, con la pobreza, con la mentira, confabulado con un puñado de cínicos, hipócritas y rapaces auspiciadores, señores del producto peruano o extranjero pero capaces de tirarnos en el rostro cualquier abominable programa como un apestoso pedo, cuya única finalidad, el alto propósito en su vida personal y profesional en la sociedad, es obtener más dividendos, ningún examen de conciencia, aunque los programas que amparan y productores que protegen son solo capaces de obtener raiting deteriorando más los valores de una sociedad poco civilizada, felices de mofarse de los más humildes, de los más ignorantes, ufanándose patéticamente de las miserias absurdas que producen, capaces de amparar a un pobre infeliz mercenario como Beto Ortiz, paradójicamente un intelectual y periodista serio, gran escritor, pero cuya ruindad espiritual lo capacita para vender su alma al mejor postor, unos cuantos dólares ciegan su intelecto y su mente defeca, ¡ah, pobre diablo!, usar pulida retórica para manipular la ignorancia e inocencia de una muchacha, convertirla en títere de sus necesidades, con total irresponsabilidad, conociendo que ese programa, "El valor de la verdad", promueve la confrontación insana, propone la Ruleta Rusa, la muerte es una probabilidad, tiene víctimas anteriores y él sabe de los inminentes peligros de jugar al límite con la ignorancia y no le importa, coloca a su víctima al borde del abismo fatal, a la voracidad de los complejos del machismo, empujándola a la fosa común luego de una ruleta innecesaria, truculento juego con la muerte, conspirando para asesinarla con la única y patética finalidad de elevar el puto raiting de un programa nefasto, que sirve solo para asegurar su abultado cheque, ¡bofe para los perros sarnosos!, muerde la Bestia, mantener la sintonía de uno de los programas más tristes y patéticos que se producen en el mundo, uno que sodomiza y manipula la pobreza e ignorancia para que un puñado de irresponsables asesinos -dueños del canal, auspiciadores del programa, conductor estrellado- puedan comprarse nuevos yates en Miami y sentirse lindos como Don Johnson o Jennifer López, o solventar sus putas de miles de dólares para resarcir sus complejos machistas o aliviar el escozor de nalgas salidas del closet, o sodomizar niños pobres y silenciarlos con unos cuantos centavos y amenazas, en lugar de pagar las abultadas deudas al Estado, a la Sunat, a Nosotros, víctimas, sí, pero también pusilánimes peruanos, patéticos y cómplices de la muerte de Ruth Thalía si permitimos que asesinen a una compatriota indefensa frente a nuestras narices y no hacemos nada al respecto mas que cambiar de canal, buscar otro programa tonto, ¡abunda la mierda!, volver a nuestros problemas diarios, hábitos cotidianos, titulares y extenuantes verborreas sobre la pelotita tonta, el fútbol es más importante que el porvenir de nuestros hijos, alejándonos con indolencia de una compatriota vejada y asesinada, ansiosos de la nueva noticia que borre la memoria y agite cimientos morbosos, el periodismo siempre “encuentra la noticia” y mañana será sobre aquellos que supuestamente planearon matar o no a la empresaria Myriam Fefer, ¡ah circo triste y absurdo donde payasos, criminales y víctimas son protagonistas de la tragedia donde alguien mata a la madre y el Estado, sin pruebas serias, mata a la hija, prolongándole la agonía, que nadie descanse en paz aunque otro sea el asesino intelectual, quizá el hijo modelo, ¿qué cosa?, bueno, señor juez, el angelito es de naturaleza vil y tiene el espíritu torcido, anomalías que lo capacitan para la ruindad, como su deslealtad gratuita con su hermana, actitud despreciable y sospechosa, pésimo ejemplo para la juventud y es obvio que le tiene envidia a Eva Bracamonte: nunca será suya, nunca tendrá sus bondades físicas ni espirituales, nunca pellizcará el inmenso amor que compartió con su madre, pobre mujer, pobre familia, pobre Eva, escribirán artículos mañana, algunos buscarán una nueva dirección con cualquier decisión de la Justicia, justa o injusta, con la esperanza de que sea la más descabellada, ¡la fiscal es la asesina!, ¡chispas!, oiga, en esta tierra todo es posible, ¡el juez es el nuevo amante de un angelito!, ¡carajo!, eso es noticia y qué importa si no es verdad, conocen su oficio, aprendieron a manipularnos a su conveniencia, ilusionistas de la verdad, artesanos de la mentira, salvo algunos pero me quedo con un magnífico ejemplo: Claudia Cisneros, periodista respetable, sosegada inteligencia, emocionante audacia, admirable integridad, cautivadora mirada, maravillosas y perturbadoras piernas de antología, que espero no cese su objetividad periodística aunque sus compañeros olviden que han asesinado a la hija de alguien, a la hermana de alguien, a la sobrina de alguien, a la madre de alguien, al amor de alguien, a la amiga de alguien y todas ellas se llaman Ruth Thalía, la jovencita que no podrá descansar en paz hasta que sus asesinos paguen sus culpas, hasta que alguien vaya a la cárcel, hasta que alguien pague una fuerte suma para indemnizar a la familia, hasta que alguien rescinda su contrato de mercenario, hasta que alguien con criterio y compromiso clausure un programa nefasto, con la esperanza que alguien inicie La Revolución, la toma de conciencia es la toma de la Bastilla, 14 de julio, 1789, Francia y nosotros estamos en el siglo XXI y aún no aprendemos, aún no luchamos por nuestros derechos, ni defendemos los derechos de los más necesitados, de los más vulnerables, el de los niños, mujeres y ancianos, maltratados por doquier, incluso cuando están juntos, en el hogar, en lugar de ser protegidos, son vejados por programas de televisión construidos por mentes mediocres para destruir inocencia y esperanza, para obstaculizar más el camino del desarrollo personal y colectivo, gracias a una Televisión irresponsable, vergonzosa, despreciable, condenable, que debiera asumir con dignidad su poderosa posición en la sociedad peruana, tener algo de sensibilidad socio-cultural, comprometidos con el Desarrollo del Pueblo que los alimenta, que los enriquece, noble, tonto distante de la realidad: aquella visión mercenaria de ejecutivos de la Televisión, codicia mercantilista, protegiendo programas, productores y conductores que debieran ser erradicados de la programación por ser lacras sociales de cuello y corbata, ahora o nunca, de lo contrario, no tendremos oportunidad de evolucionar si permitimos tanta necia indolencia, cobardes una vez más, por no afrontar nuestro Destino excelso en la Historia del Perú para que nuestros hijos y las futuras generaciones tengan alguna oportunidad de desarrollarse, de integrarse y abolir prejuicios y complejos de raza, distorsiones del intelecto por distintos credos e ideologías, trampas sociales que nos desnivelan y alejan más uno de otros cada día, discriminaciones diversas que nos empequeñecen, mientras que el medio más poderoso de comunicación en nuestro país, la Televisión de señal abierta, que podría ayudarnos a construir una mejor sociedad y generar, incluso, más capital para sus abultadas arcas, está abocada en sumergirnos en la barbarie del pensamiento, cada vez más reducido por escasear propuestas interesantes, valiosas, educativas, entretenidas, simpáticas, imposibles mientras el Monstruo televisivo recaiga en manos insensibles, corruptas, crueles, mediocres, de desvergonzados dueños de canales, de hipócritas auspiciadores, de mercachifles de la oportunidad, como Beto Ortiz, o peores que él, confabulados para asesinar a una muchacha inocente y seguir lucrando con la ignorancia y la necesidad de los más humildes, como si nada hubiera pasado: Ruth Thalía era solo una chica tonta y ya está muerta, sin apellido ni influencias que nos comprometan, se jactan, ruines, amparados por un sistema corrupto y la pasividad asfixiante de nuestra sociedad, participando del festín de lobos y cuervos, regocijando vouyerismo pernicioso, exaltar las pasiones más paupérrimas, abrazar lo truculento y mórbido, excitarse con el sufrimiento ajeno, masturbarse con los deshechos humanos, enorgullecerse por exaltar los sentidos de lo abominable y vomitar lo mas execrable del espíritu humano, que no podrá liberarse del deterioro y evolucionar si permitimos que aquellos que controlan los medios de comunicación sigan destrozando los valores más rescatables de nuestra sociedad peruana, pasando la aplanadora Ignominia sobre principios, destruyendo toda posibilidad de entendimiento, de aceptación y orgullo de nuestro mestizaje, de encontrar puntos convergentes que nos lleven a mejor Destino, con un misticismo amparado por cariño y respeto a nuestros semejantes, cualquiera sea su ideología, color de piel o posición económica y entendamos, de una vez, y para realmente ser Somos Libres Seámoslo Siempre, que el Perú es la tierra prometida para los peruanos de buena voluntad y también para todos aquellos extranjeros que aman y respetan nuestro país pero sin depredar riqueza con inversiones leoninas, prepotentes, mezquinas, codiciosas, la Guerra del Pacífico ya terminó, señores Rotitos, pidan perdón, arrodíllense y besen la nobleza de las entrañas de esta tierra peruana, capaz de abrir sus brazos protectores a quienes la vejaron con alevosía y permitir ahora, incluso, que algunos continúen el desenfreno demencial por estar también enquistados en la mediocre Televisión peruana, siempre que nosotros, compatriotas -la mayoría, lo sé, lo siento-, o alguien o muchos no sujeten el estandarte de Justicia, Libertad, Paz, y Verdad, por todas las víctimas de un Estado anacrónico con las necesidades integrales de millones de peruanos, por todas las Ruth Thalía arrancadas antes de terminar de florecer, por cada una de las personas que han sido o serán mal tratadas si no tomamos decisiones, nos juntamos, ponemos lo mejor de nosotros, nos desligamos de mezquindades, combatimos con fiereza y convicción, e intentamos vencer a los más nefastos enemigos de los anhelos y esperanzas de nuestro país: aquellos infames poderosos que lucran insaciables con nuestra tierra, manipulan con mentiras hasta trepanar las mentes de las mayorías, usurpan los derechos de un pueblo entero a civilizarse, repudian a los más humildes, solo cuenta favorecer e incrementar propios intereses... tan deleznable y reprochable como esa actitud pasiva de millones de pusilánimes peruanos que se los permiten.

Javier Guerrero Buenaventura
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